jueves, 1 de agosto de 2013



Puedes seguir esperando que llegue un momento perfecto,
un momento adecuado.
Puedes seguir esperando una oportunidad, un camino marcado.
Puedes seguir esperando ese cambio, un cambio.
Puedes seguir esperando..



Puedes... sentarte a esperar.

Pero corres el riesgo de perder una vida.
De ser preso de la convencionalidad.
De dejar tu vida en manos de otros.

Pero corres el riesgo de creer que Eso es lo único que hay,
que no existe la magia.
Corres el riesgo de dejar de creer.
Corres el riesgo de no disfrutar, de perder tu niño interior.
De no tener ilusiones, de reducir tu vida a un círculo muy cerrado que no te permita ver más allá de lo que creerás que es Todo.

Corres el riesgo de dormirte durante una vida entera.

Querrás encontrar respuestas; saciarte. Sin embargo seguirás sin querer salir de ese círculo, creyendo que debes seguir ahí, cumpliendo con tus obligaciones, que no son más que tus costumbres. Tus hábitos de vida.

Las respuestas se hayan detrás de todo eso, detrás de todo el barullo que no te dejar escuchar y que te esconde. En el silencio que te desnuda y que te permite Ver-te.

Pero hoy en día nos da miedo escuchar y ver.
Y esto se convierte en un círculo vicioso, porque al tener miedo no nos paramos, y seguimos internándonos en ese laberinto que nos oprime y nos vacía, alejándonos de nosotros mismos, y de los demás. Y queremos encontrar respuestas, inconscientemente, respuestas que nos hagan despertar.

Pero nos da miedo pararnos y contemplar...


Puedes quedarte sentado a esperar, durante una vida entera, que llegue un momento adecuado.

O puedes hacer que sea Ahora.



                                                                                                                      J.


Pokara, Nepal.




                                       

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