martes, 20 de febrero de 2018

Podría ser un quejido lo que alimenta mi alma.
El quejido de un corazón hambriento
que se revela ante el miedo
y el silencio
de una espera sin alas
una espera sin aliento
frente a una puerta cerrada, y otra abierta.

Podría ser un sueño dormido lo que detiene el tiempo
y a la vez lo acelera
saltándose días
horas
momentos
de poder vivirlo
encadenada al segundero
que vuela, siempre,
sobre el mismo cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario